Blanca
Flor, es la marca líder en su sector y compite ofreciendo un producto que no es
el más barato, pero que justifica su precio habiendo sido elaborado con los
ingredientes más finos, prometiendo así resultados más satisfactorios. A pesar
de esto, en el 2013, siendo ya líder, como se mencionó anteriormente, Blanca
Flor empezó a percibir un ligero decrecimiento en sus ventas a comparación de
años anteriores. En ese contexto, reconocieron la necesidad de renovar su
posición y empezaron un plan para hacer crecer la costumbre de preparar de
postres en casa en el Perú. Se definió que se quería reconocer, que pensaba la
gente de la marca, las necesidades de sus consumidores; y que a raíz de los
resultados de su investigación se iba a desarrollar una nueva estrategia
publicitaria.
En
este caso, Blanca flor, debe haber desarrollado una investigación cualitativa
de tipo exploratoria, utilizando preguntas abiertas durante un cuestionario y
así conseguir una opinión más explayada, ya que se necesitaba saber que
pensaban las personas y así conseguir un perfil general de la imagen de la
marca, y además definir lo que los impulsa a comprar harina.
Se
realizó el estudio y se llegó al resultado de que Blanca Flor era una marca
valorada y respetada. Pero un largo periodo de falta de comunicación masiva
estaba empezando a dejar a la marca en el olvido, relegada únicamente para el
uso de amas de casa y gente de mayor edad. Y se descubrió que las amas de casa,
sus compradoras potenciales, querían darles algo rico y a la vez saludable a
sus familias, pero no siempre tenían el tiempo para hacerlo.
Esto
resultados llevaron a la marca a una buena toma de decisiones. Se renovó la
imagen de la marca para hacerla más atractiva a todos los públicos. Se hizo la
campaña “Momento de Compartir” que busca reimpulsar la preparación de bizcochos
caseros y volverla una costumbre actual, perfilándola también como un momento
de disfrute y para compartir.
Dos ejemplos de los resultados:
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